7 consejos para mantener la mente en forma

09 octubre 2019

“Algunas personas, gracias a que controlan su mente, apenas se perturban por el fracaso y las circunstancias adversas.”
Dalai Lama

Se ha comprobado clínicamente que las personas que se mantienen activas, física e intelectualmente, disfrutan de una mayor calidad de vida. Nuestro cerebro requiere ejercitarse, a igual que los músculos de nuestro organismo porque, de no ser así, también puede llegar a “atrofiarse”.

Se puede estimular el cerebro con tan solo cambiar nuestros rutinas diarias, como por ejemplo: tratar de escribir con la mano no dominante, cambiar la ruta de camino al trabajo o ver películas en versión original y/o subtituladas ; ya que de esta forma se activan las zonas del cerebro que no son frecuentemente utilizadas y fuerzan el proceso del aprendizaje. A esta capacidad de adaptación para con el aprendizaje se le llama Neuroplasticidad.

Estos son los 7 pasos importantes para mantener en forma nuestra mente:

  1. Alimento del cerebro. El cerebro necesita el 20% de la energía que consumimos para su correcto funcionamiento, de ahí la importancia que tiene una buena alimentación. Resulta indispensable seguir una dieta saludable a base de frutas y vegetales, pescado, carne, cereales y lacteos, y en menor medida, de azucares y alimentos altamente procesados.
    Hay alimentos específicos que benefician altamente a nuestro cerebro puesto que están relacionados con la mejora del estado anímico y la capacidad de concentración como la avena; o el pescado azul que es rico en acidos grasos Omega 3 y están relacionados con la prevención del alzheimer. Las nueces favorecen el desarrollo de la memoria y capacidad de aprendizaje o, como el caso del brócoli con tremendo efecto neuroprotector.
  2. Ejercicio físico. El tamaño del cerebro mengua un 5% por décadas, a partir de los 40 años. El realizar alguna actividad física de manera periódica, durante 30 minutos al dia, contribuye positivamente a que aumentan algunas zonas del cerebro, especialmente la región izquierda del hipocampo, y por tanto, que mejoren las funciones cognitivas de la persona como la atención o la memoria a largo plazo. También tiene un efecto antidepresivo y, alivia y reduce el estrés y la ansiedad.
  3. Actividades lúdicas. Ciertas actividades, bien sea de forma individual, como los pasatiempos: sopa de letras, crucigramas o sudokus; o grupales como los juegos de mesa producen un efecto positivo en nuestro cerebro porque exigen utilizar estrategia de razonamiento, memoria, atención y lógica…
  4. Leer: El acto de leer regularmente hace que mejore nuestra capacidad de abstracción, la imaginación, la memoria y desarrollemos la capacidad de comprensión y de inferencia. Esto hace que nuestra reserva de funciones cognitivas sea mayor y esto es algo que nos beneficia enormemente para la vejez.
  5. Cultivar el interés y aprender cosas nuevas: . Siempre teniendo en cuenta la edad y los gustos de cada persona, el aprendizaje de algo nuevo requiere de la activación de numerosas y diferentes zonas de nuestro cerebro. Hablar un nuevo idioma o tocar un instrumento supone que se generen mas neuronas y aumenta la materia gris de nuestro cerebro, potenciando la memoria y la capacidad de concentración
  6. Dormir lo suficiente: El cerebro nunca descansa, ni siquiera cuando dormimos. De hecho, es cuando se duerme, cuando tiene lugar el procesamiento y almacenamiento de la información de todo el día; por lo que si no dormimos lo suficiente, esta información podría perderse. Se recomienda descansar una media de entre 7 y 9 horas al dia para la función cerebral no se vea afectada por la falta de sueño.
  7. Relaciones sociales: Hay estudios que avalan la existencia de una fuerte conexión entre tener una amplia vida social y un aumento en la capacidad cognitiva de la persona. El socializar estimulan cognitivamente a la persona mediante el inicio y mantenimiento de conversaciones y/o al poner en práctica las normas sociales que requiere cada momento. Ser socialmente activo contribuye disminuyendo el deterioro de la memoria con el tiempo, mejorando la velocidad de percepción y la capacidad visuoespacial, entre otras funciones cognitivas.