Trastornos de la conducta alimentaria y familiares

29 julio 2019

Una vez más os traemos información sobre los trastornos de la conducta alimentaria. Pero hoy no nos vamos a centrar en aquellos que padecen directamente este tipo de enfermedad, sino en sus más allegados. Vamos a hablaros de las personas que rodean a aquellos que los sufren. En este caso, nos centramos en los familiares, que son, generalmente, las personas que más estrechamente rodean a este tipo de pacientes.

En muchas ocasiones los padres acuden a consulta muy preocupados por los cambios que experimentan sus hijos con respecto a su comportamiento, su aspecto físico,o su estado de ánimo. Dependiendo del problema que la persona desarrolle, estos cambios serán más o menos evidentes a nivel visual.

Cuando alguien sufre anorexia nerviosa, poco a poco la pérdida de peso se hace evidente y los padres se ponen en alerta y tratan de buscar ayuda. En el caso de la bulimia nerviosa la enfermendad suele pasar desapercibida, porque en muchas ocasiones no se presentan cambios sustanciales en lo referente al aspecto corporal del paciente. Y en el trastorno por atracón los cambios en este aspecto suelen evidenciarse en una ganancia sustancial de peso, lo que generalmente preocupa a los padres pero en menor medida.

Lo cierto es que el padecimiento de cualquiera de las enfermedades anteriormente mencionadas origina un gran sufrimiento a quien las padece. Para tener una idea de si su hijo/a tiene algún problema de este tipo, pondremos a continuación ciertas señales que pueden poner en alerta a los padres, aunque como siempre decimos, éstas no son absolutas ni determinantes, y lo recomendable siempre es consultar a un profesional que pueda orientarle al respecto.

Bulimia Nerviosa

• Visitas al baño con frecuencia y usualmente después de las comidas utilizando distintas excusas ante las preguntas de sus allegados.
• Señales de posibles vómitos: restos en el inodoro, en bolsas de plástico y servilletas entre otros.
• Disminución de comida de la despensa. Posibilidad de encontrar envoltorios de alimentos en su dormitorio.
• Disminución o aumento de peso muy rápidas.
• Tendencia e incremento de momentos de soledad de forma paulatina que se corresponde al desarrollo de las conductas patológicas.
• Necesidad económica extraordinaria carente de justificación. Posibilidad de llegar al hurto para satisfacer la misma así como, presencia de conductas autolesivas, abuso de sustancias y/o promiscuidad.
• Falta de concentración o dificultad para alcanzar la misma. Peor rendimiento académico y aumento de las bajas laborales.
• Incremento de la ingesta de agua.
• Uso de diuréticos, laxantes o pastillas adelgazantes.
• Determinados síntomas físicos: fatiga, mareos, calambres, boqueras, diarreas y/o incremento de las ganas de orinar.
• Callosidad en el dorso de la mano producida por la erosión dentaria debida a los vómitos continuos (Signo de Russell).

Anorexia Nerviosa

• Existe una pérdida de peso progresiva o brusca debido a que la persona empieza a comer de forma “sana”. Busca estar saludable y en ocasiones no dicen que quieran bajar de peso.
• Quiere bajar de peso aunque eso implique estar por debajo del IMC (Índice de Masa Corporal).
• Puede que adquiera de forma ocasional miedo a pesarse aunque la mayoría tenderán a pesarse constantemente, así como, su estado anímico dependerá de lo que la báscula refleje.
• Puede evitar comidas sociales y dan justificaciones más o menos creíbles.
• Puede tener cambios de humor repentinos, puede estar muy contenta o muy triste.
• Corta en trozos pequeños los alimentos, maneja, separa, quita la grasa/aceite con papel de cocina y/o esconde comida.
• Nunca está satisfecha con el peso que tiene.
• Empieza a prestar atención en las cosas que comen los demás así como, quiere cocinar ella para poder tener el control aunque luego no pruebe bocado.
• Mostrar dificultad para ir a comprar ropa.
• Se pone a la defensiva cuando hablan sobre su forma de comer.
• Se empieza a interesar por la nutrición en general.
• Puede empezar a comer más caramelos sin azúcar, chicles sin azúcar así como ciertas bebidas con el objetivo de controlar su hambre.
• En casa toman un papel dominante en todo el sistema familiar.
• Hacen ejercicio físico y/o acuden al gimnasio de manera excesiva en solitario.

Señales de alerta comunes a ambas patologías

• Baja de autoestima en lo referente al aspecto físico.
• Ensalzan la delgadez de los que le rodean, fijándose en exceso a las referencias realizadas por los medios audiovisuales referentes a estos aspectos.
• Dificultad para relacionarse con sus amistades por la presencia de planes consistentes o relacionados con la comida, lo que tiende al aislamiento de la persona que lo sufre.
• Problemas para la identificación y el manejo de las emociones.
• Depresión, problemas de ansiedad, miedos en general y obsesiones.
• Aumento de la conflictividad en el entorno familiar.
• Obsesión y fijación por las medidas corporales propias.

Ante todas estás señales, el primer paso es hablarlo con la persona que lo sufre. Siempre se tratará de manera calmada y en un lugar tranquilo. Dejemos hablar y expresarse al adolescente. No juzguemos y no hagamos preguntas acerca del porqué de su comportamiento, ya que pueden generar frustración si esta persona desconoce las razones por las que le preguntamos. Escuchemos y devolvamos lo entendido a fin de tenerlo todo claro. Ante el padecimiento de este tipo de problemas se necesita apoyo y ayuda profesional.