Miedo en los niños

14 noviembre 2019

¿Es normal el miedos en los niños?

El miedo es una reacción normal en cualquier ser humano y según las diferentes etapas y situaciones en las que nos encontremos en la vida los miedos estarán más o menos relacionados con ciertos aspectos y no con otros.

Probablemente en alguna ocasión hayamos escuchado que los niños pasan por ciertas etapas de miedos a medida que van creciendo. Estos miedos se presentan ya que el miedo, es una emoción más que no puede ser eliminada de nuestra vida y aparece en los niños para que estos puedan superarlos de la forma más saludable posible y así aprender a manejar dicha emoción.

Los miedos van evolucionando según diferentes temáticas que se relacionan con la edad del niño. Por ejemplo, los bebés normalmente suelen tener miedo a los desconocidos, con un poco de más edad entre los 10 meses y los 3 años tienen miedo a la separación de sus figuras de apego, de los 4 a los 6 años de edad los miedos pueden estar asociados a cosas irreales como monstruos o personajes fantásticos y sin embargo, ya desde los 7 años en adelante pueden tener miedos relacionados con peligros reales o relacionados con tema sociales.

Todos estos miedos van evolucionando de forma que no siguen presentes a largo plazo, por lo que se van desvaneciendo dando lugar a otros miedos asociados al momento evolutivo en el que se encuentre el niño.

En general estos miedos considerados normales en el desarrollo de todo niño, no impide al mismo llevar una vida normal, es decir, no interfieren con su vida social,
académica o lúdica.

Es importante conocer dichas características ya que de aumentar la intensidad, grado de interferencia con la vida del niño y la duración de dicho miedo sostenido en el tiempo, podríamos estar ante un problema de ansiedad.

Algunas de las pautas para los padres en referencia a los miedos infantiles que forman parte del proceso de desarrollo normal son:
– Tener paciencia y no perder la calma para así no contagiar el estado.
– Hablar sobre sus miedos y darle ese espacio de confianza sin juicios.
– Transmitirle seguridad y confianza en un tono relajado.
– No forzar y dejar que sea el propio niño el que se enfrente de forma gradual al
miedo aunque al comienzo precise de nuestra ayuda.
– Fomentar su autoestima y autonomía.
– No castigar o avergonzar al niño por su miedo.
– No dar una explicación racional al miedo.

– Reducir el miedo a lo absurdo, una de las mejores maneras es usar el humor, donde mediante dibujos podemos hacer que el monstruo del miedo parezca ridículo.

Existen otro tipo de conductas por parte de los padres que serían mejor evitar como son:
– Ignorar el miedo con frases como por ejemplo, “no te asustes”, “no tienes motivo”, “tienes que ser valiente”, etc.
– No burlarse o regañar al niño por experimentar miedo.
– No evitar las situaciones que le producen miedo ya que no estamos dando la oportunidad al niños para que pueda superar dichas situaciones de forma natural.
– Intentar no transmitir nuestros miedos personales a los niños.
– Evitar cosas que puedan generar más miedo. Por ejemplo en niños miedosos, sería mejor evitar películas de miedo.
– No reaccionar de forma intensa ante la reacción de miedo del niño ya que puede hacer que el miedo del niño aumente también en intensidad.

Sin embargo, si creemos que nos estamos ante un problema de ansiedad es necesario poder atenderlo lo antes posible ya que a mayor duración de ansiedad, peor es el proceso de recuperación del mismo y mayor resistencia al tratamiento.

Es por ello, que ante cualquier duda que se pueda presentar es mejor poder ser informados por algún profesional que pueda evaluar el caso y determinar ante qué tipo de problema nos encontramos y si requiere de tratamiento o por el contrario, algunas pautas son suficientes para manejar la situación.

Priscila Alarcón